Diarios De Un Knowmad

¿Te has fijado que hay cosas que durante un tiempo te llaman la atención... pero que luego te acostumbras a ellas y acaban siendo invisibles? El cerebro funciona así, con un un sistema inconsciente que se encarga de gestionar "las cosas habituales" sin que tú te des cuenta, y sólo presta atención a aquello que le sorprende.

Si te has tragado infinidad de episodios de Dora la Exploradora, seguro que sabes de quién te hablo. El viejo troll que vive en el puente es un ser malhumorado que impide el paso a Dora y sus amigos. Y solo si cumplen alguna prueba, les deja pasar. Pues así deberíamos hacer nosotros con los compromisos que asumimos: no dejar pasar a cualquiera.

Porque para eso están. Los procesos, los procedimientos, las normas, las políticas. Limítate a seguirlos, que alguien más listo que tú se ha encargado de diseñarlos. Esa es la teoría. ¿La práctica? Como en casi todo... eso es otra historia. En este capítulo reflexionamos sobre procesos y procedimientos, y por qué una buena idea es tan difícil de llevar a la práctica.

Llega septiembre y vuelve la rutina. ¿Rutina, dices? Quizás este año sea especialmente extraño. Pero la realidad es que la "rutina" no existe. El mundo siempre cambia, y hay que estar preparándose para lo que venga... sea lo que sea. E incluso aunque a veces parezca que sí, que tienes una etapa de estabilidad... no te engañes. Tarde o temprano, eso va a cambiar. Mejor que te prepares.

Quizás te pase que, si escuchas términos como "persuasión" o "influencia", pienses que no son para ti. A veces relacionamos esos términos con "vendedores", con "políticos"... y no siempre en positivo. Sin embargo, todos buscamos influir en los demás con nuestras ideas, opiniones... ¿o no? En esta conversación con Óscar Fernández Orellana, repasamos algunos de los elementos clave de la persuasión, incluyendo su "mala fama", y cómo tú puedes mejorar tu capacidad de influencia.

"¿Cómo te trata la vida? ¿Cuánto vale lo que tienes?" Estas preguntas que le hacían Los Suaves a Dolores (que se llamaba Lola) también te las puedes hacer tú. ¿Cuánto vale lo que ofreces? ¿Crees que tu trabajo es muy valioso? ¿Que aportas mucho valor? En realidad da igual lo que tú creas: el valor lo define que haya otras personas dispuestas a rascarse el bolsillo a cambio de lo que tú ofreces.

Ayer conocí a Agustín "Radagast", un ¿mago? ¿músico? ¿comediante? argentino. Escuchando una intervención suya en una charla TED, explicaba cómo una frase le hizo cambiar el chip. Cuando tenía dudas, porque lo que él hacía no encajaba con los moldes prestablecidos, alguien le dijo: "Vos sos Radagast. Dedicate a ser Radagast, y dedicate a ser el mejor Radagast que puedas ser". A veces renunciamos a nuestra esencia para encajar en el grupo. Y así nos convertimos en una versión desmejorada de nosotros mismos. Quizás ése no sea el mejor camino.

Sombra aquí y sombra allá... te confieso que no soy muy fan del maquillaje. No para mí (creo que la única vez que me maquillaron fue para mi boda), sino verlo en otras personas. Siempre tengo la sensación de que me están "engañando". Y sin embargo... ¿no es algo que todos, en mayor o menor medida, hacemos? ¿No es algo que, de hecho, es útil y necesario?

Ironías del destino. Un día después de presumir de "patrimonio digital", llegó un giro inesperado... El servidor donde tengo (spoiler: tenía) alojado el blog falló. Y yo sin copias de seguridad. Y adiós a más de 15 años de contenidos... ¿Qué he aprendido en esta situación? Varias cosas. Desapego, resiliencia, vaso medio lleno, el verdadero valor de las (mis) redes sociales... y que hay que hacer copias de seguridad.

Y llegó el episodio 100 del podcast. "Vaya, cuánta perseverancia". ¿Seguro? Alcanzar un hito como este me lleva a reflexionar sobre eso de la perseverancia, y hasta qué punto es una cualidad personal o depende mucho de la tarea... y cómo podemos hacer para ser un poquito más perseverantes.

Ayer veía una charla sobre el proyecto HUCI - Humaniza la UCI. Un médico explicaba cómo los avances tecnológicos, los medios con los que se contaban, los protocolos... muchas veces dejaban atrás el componente humano. Saliendo de las Unidades de Cuidados Intensivos, incluso del mundo sanitario, todos podemos haber tenido experiencias en las que se agradecería un poco más de "humanización". Pero la humanización cuesta... ¿y estamos dispuestos a pagar el precio?

¿Qué le pasa a un deportista de élite cuando llega el momento de la retirada? Que lo que sabía hacer, lo que le daba el éxito... ya no funciona. Y toca aprender cosas nuevas. Muchos, en estos tiempos de coronavirus, podemos sentirnos en un brete similar. Este proceso de readaptación no es fácil. Hay mucho de duelo, de gestión emocional compleja, de incertidumbre, de vulnerabilidad, de desmotivación. Y el mundo de las organizaciones tampoco lo pone fácil. De todo esto, y de anuncios de insecticidas para cucarachas, hablamos hoy Alberto Mallo y yo

Semana 4 de confinamiento aquí en España. En las últimas semanas no he salido más que un par de veces a la compra, y un par más a bajar la basura. El resto del tiempo, en estas cuatro paredes con mi mujer y mis hijos. Podría ser peor, claro, pero el confinamiento se va haciendo pesado... ¿qué puedes hacer para no perder la cabeza y mantener el ánimo?

Día nosécuántos del confinamiento. Abro el skype para recibir a mi amigo y colaborador habitual del blog Alberto Mallo. Pero esta vez, en lugar de tener un tema prefijado, dejamos que la conversación fluya por donde quiera fluir. Y el resultado es éste... ¿merecerá la pena repetir? :D

Episodio de cuarentena, de aislamiento, de coronavirus. Se me hacía raro publicar algo que no tuviera que ver con el "monotema". Pero tampoco estoy en condiciones de darte consejos, ni mensajes buenrollistas. Así que simplemente quise hacer honor al título del podcast y contarte, a modo de diario, cómo estoy viviendo yo "lo del coronavirus".

Quien más y quien menos habrá tenido esta experiencia. Te tumbas en la cama con intención de dormir y descansar... pero la cabeza se te pone en "modo centrifugadora" pensando en proyectos, reuniones, conversaciones, tareas... ¿Hay alguna forma de "apagar la cabeza" y conciliar el sueño sin que el trabajo se te meta por medio?

Un amigo de un amigo va a Madrid a trabajar. "¿Y qué hace?" "Hace ventanas". Me dio envidia ese nivel de concreción... yo, que mi trabajo siempre ha tenido esos bordes difusos, esa dificultad para explicar lo que hago y que las otras personas me entiendan... Y sin embargo vivimos en un mundo en el que las etiquetas son cada vez menos relevantes, donde todos tenemos trabajos que no encajan en una definición "gremial". Donde todos somos un poquito knowmads (https://blog.raulhernandezgonzalez.com/2015/05/en-defensa-del-knowmad/)

Hace poco terminé de releer el libro "Everything that remains", escrito por los autores de The Minimalists (https://www.theminimalists.com/etr/). El libro narra la historia del acercamiento de sus autores al minimalismo, y de su lectura puedes extraer algunas ideas interesantes sobre cómo el minimalismo (entendido en sentido amplio) puede ser útil en tu vida.

¿Cuánto vale lo que haces? ¿Cuánta seguridad tienes? ¿Cuánto debes fiarte de una mala opinión ajena? A medida que pasa el tiempo, te das cuenta de que lo que tú ofreces vale más o vale menos dependiendo de la persona que tienes enfrente. Y que gran parte de tu labor consiste en encontrar a las personas que efectivamente valoran lo que haces, y no perder el tiempo con quienes no.

Disponer de un mapa (o mejor aún, ¡GPS!) es una maravilla para poder llegar de una manera cierta (no siempre fácil, pero al menos cierta) a tu destino. Sin embargo, tanto en la vida profesional como en la personal, hay muchos momentos en los que nos enfrentamos a territorios inexplorados, donde no hay mapa (ni GPS) que sirvan.